Suspiro, porque el escribir no me ayuda a sacarlo todo fuera. Y por eso me quemo, me consumo, y hasta las cenizas que quedan dentro, se las vuelve a quemar. Porque ese fuego no se tiene que apagar. Así dicta mi destino. Así lo tengo escrito en cada núcleo de cada átomo de mi cuerpo. Solo digo que estoy cansada, sin apenas haber empezado. Cada vez me identifico menos en el espejo. Cada vez me cuesta entender mis ideas. Ni siquiera me entero de lo que he escrito hasta volverlo a leer de nuevo.

21.8.11

Nos fuimos al chori, Iriel, nos fuimos al chori.

Con este humor de perro que tengo ensima no sé si podré escribir algo cuerdo.
 Para empezar... en vez de tirar a la mierda todo y criticar a la juventud (incluyéndome) de hoy en día,  voy a escribir mi día. Bagh, para qué tantas explicaciones!?

Primero, digamos que me dormí no solo la noche sino gran parte del día, y bueno, hoy era el bautismo de mi primito menor que es más que un primito un hermanito (?) resulta que el bautismo fue a la mañana, dah. Según "ellos", me hablaron varias veces para que me despierte. Osea, imaginame con resaca man! peor que en ese momento. No escuché un carajo de los llamados estando sobria (aunque no tanto, ya que claro, estaba dormida) menos los habría escuchado en pedo. Ah, qué tenía que ver. La cosa es que me perdí el bautismo, aunque me chupa un huevo porque en la única persona en que creo es en... bagh, eso es un misterio todavía. Ni siquiera te podría decir que creo en mí misma, simplemente porque NOOO lo hago. Me perdí el bautismo, me perdí el bautismo y soy una pelotuda, me perdí el bautismo y mi abuela se calentó conmigo. Tuve que pedir disculpas a mi tía; pero por voluntad propia eh!. Y sí, es que me sentí un toque culpable por no haber ido, aunque no fue culpa mía que Male me haya prestado el viernes el libro de Harry Potter para que yo me pusiera un sábado a la una A.M. a leerlo y enviciarme, sí, enviciarme; porque no podía parar! increíble pero cierto. Muy pocas veces un libro me causó tal cosa. Aha, me quedé leyendo hasta quién sabe que hora para quedarme dormida hasta las tres de la tarde del día siguiente. A todo esto, sumale que cuando me desperté me olvidé que tenía madre y que era el día del niño. Y yo creyendo que ya estaba grandecita para regalos! Uy. No, la verdad no sentí felicidad al recibir mi obsequio como la sentí aquella vez en que me regalaron mi primer CD de los Beatles pero fue eso lo que le dije a mi vieja y a mi twitter. ¡Que feliz soy! No, Iriel, vos y todo tu otra vos saben muy bien que no sos feliz, que te cortás para tranquilizarte y que después te sentís mal por el simple echo de que no pudiste con una tonta promesa! "Juro que no voy a lastimarme más... lo hago por mí misma." Pero sabés qué Iriel? Yo sé que dijiste que estabas muy feliz y fingiste una sonrisa sólo para hacer feliz a tu madre... a tu hipócrita y ocurrente madre. Digo, ocurrente porque, a qué clase de madre se le ocurre regalarle a su hija de 13 años, la que ama a los Beatles y todo lo que sea retro, en el día del "niño", un neceser de Coco Chanel lleno de pinturas de Maybelline adentro? A esa madre que no está nunca, la que cree que su hija es igual a todas las pendejitas pelotudas que hay ahora en la sociedad moviendo la cola como diría mi tía, a esa clase de madre que no conoce a su hija verdaderamente, pero que cree que con pinturas y ropa nueva la va a comprar. Y la verdad, duele un poquito, aunque sea un poquitín. Porque siempre hizo eso, osea sieeeempre es lo mismo, me cansa!. En fin, después de ese regalo todo estuvo normalix y deprimente al igual que cualquier domigo. Ya no sé que más contarte blog del ojete. Nos vimos (?)

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